Ustedes son el campo de Dios
“Ustedes son el campo de Dios, la casa que Dios edifica.”
Por Ismael D.
En la lectura de hoy de la primera carta a los corintios 3: 1-9, Pablo concluye afirmando que "nosotros somos colaboradores de Dios y ustedes son el campo de Dios, la casa que Dios edifica." Al querer sembrar, es necesario evaluar el estado de la tierra y prepararla adecuadamente. De igual manera, al construir, se requiere estudiar el terreno para determinar la profundidad necesaria para el cimiento. Pablo nos insta a tener una fe en constante crecimiento, una fe que dé frutos. Tras haber transcurrido ocho meses del año, es oportuno reflexionar sobre nuestra fe actual y autoevaluar nuestra situación.
Pablo inicia la carta comparándonos con infantes y señalando que seguimos siéndolo. Su tono firme hacia los corintios se debe a su conocimiento sobre el estilo de vida que llevaban y lo que motivaba sus corazones. Sus palabras deben llevarnos a ser sinceros con nosotros mismos, examinar nuestra vida y cuestionarnos sobre los avances realizados en estos ocho meses para crecer espiritualmente y como individuos. ¿Persistimos en actitudes inmaduras?
Somos el campo elegido por Dios para sembrar y construir. ¿Cómo se encuentra nuestra fe? ¿Estamos dispuestos a ser preparados? Analicemos qué nos acerca a Dios y qué nos aleja en nuestro interior. A continuación, comparto algunas preguntas que pueden ayudar a reflexionar y a elevar nuestras respuestas en oración.
¿Qué preocupación tiende a retenerte por la noche?
¿Cuáles son las cosas que más te molestan de ti?
¿Qué es lo más bonito de ti?
¿Hay algún hábito o adicción que sientes que te impide acercarte a Dios?
Si tuvieras a Jesus sentado a lado de ti en estos momentos, ¿ qué le dirías?
No temas a las respuestas que puedas encontrar, recuerda que Dios te ha escogido y no te abandonará. Confía en Él, tiene planes grandiosos para ti y cultiva una relación constante mediante la oración.