Encuentra a Jesús en tu Vida Cotidiana
“Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra”
En el Evangelio de San Lucas 5: 1-11 se muestra cómo Jesús se encuentra presente en nuestra vida cotidiana. La lectura comienza con la gente que se encontraba en la orilla del lago Genesaret escuchando a Jesús predicar la palabra de Dios. En ese mismo lugar, había pescadores que habían terminado su jornada y estaban limpiando sus redes. Jesús se sube a la barca de Simón y le pide que se aleje un poco de la costa para poder continuar con su enseñanza. El primer punto relevante es el lugar, el lago de Genesaret, también conocido como el mar de Galilea. El segundo punto es que los pescadores finalizan su día de trabajo. El tercer punto es que Jesús sube a una barca y se adentra en el mar para predicar. Analicemos cómo Jesús se involucra en nuestra vida cotidiana.
La ubicación es crucial para el encuentro con Jesús, ya que revela mucho sobre la persona con la que Jesús está interactuando. Todo tiene un propósito, Jesús está en la orilla del mar de Galilea, en Genesaret. Para ilustrarlo, sería equivalente al lago Michigan en Chicago. Reconocer la ubicación nos permite comprender dónde nos encontramos y hacia dónde nos dirigimos. Reconocer tu ubicación es reconocer que Dios te ha creado con un propósito y no para simplemente seguir una rutina. En ocasiones, nos sumergimos en la rutina diaria, despertamos, vamos al trabajo, transitamos por las mismas calles y regresamos a casa. Reconocer tu ubicación te permite asumir el control de tu vida y te brinda la oportunidad de ver a Dios en lo cotidiano.
En ocasiones, los días laborales o de estudio pueden resultar agotadores, y puede ser difícil encontrar un momento para conectar con Jesús. Nos podemos distraer ocupándonos de nuestras responsabilidades diarias y no notamos cuando Jesús se presenta en nuestra vida. Estas distracciones pueden ser las facturas por pagar, la hipoteca, problemas familiares, enfermedades, entre otros. Jesús está contigo cuando conduces hacia el trabajo y de regreso a casa, también está presente en la escuela con tus compañeros. Jesús se encuentra en la misma ubicación que tú en estos momentos.
Finalmente, Jesús se une a ti en tu jornada diaria. Él entra en tu vida en el momento presente y te invita a estar consciente de su presencia. Jesús le pide a Simón que lo lleve un poco más adentro en el mar, lo cual es significativo, ya que Jesús no le pide prestada la barca a Simón, sino que le solicita que lo lleve mar adentro. Basta con reconocer que, en tu día, ya sea bueno o malo, al estar presente puedes percibir que Jesús te acompaña. La oración en tu vida cotidiana puede ser tan simple como dar gracias a Dios al despertar, pedirle que te cuide y te acompañe al subir al automóvil, agradecerle por el trabajo o los estudios al llegar a tu destino, y pedir perdón y dar las gracias antes de dormir. Con el tiempo, notarás que tu vida de oración se fortalece y podrás reconocer a Dios en todas las cosas.