12-40 Días con Propósito
“Debemos mostrar el amor que Dios nos brinda, sabiendo que somos imperfectos.”
Por Ismael D.
El evangelio diario se está profundizando y resonando cada vez más en el corazón de quienes lo escuchan. Refleja la vida y la espiritualidad, mostrando cómo cada paso en ocasiones se torna más difícil. A veces, parece que no hay respiro, que apenas superamos una situación cuando otra está a la puerta. En medio de todo esto, Jesús nos llama a mejorar continuamente, aunque a veces pueda resultar abrumador. Reconociendo que es parte del camino a la santidad.
Hoy, el mensaje de Jesús es claro: seamos misericordiosos como nuestro Padre celestial lo es. No hay mejor manera de darle sentido a la vida que siendo compasivos con los demás. Durante un período de tres años, Dios puso a prueba mi fe y me enfrenté a situaciones que me llevaban al resentimiento. A pesar de ello, anhelaba ser una mejor persona que aquellos que me lastimaron. Sin embargo, como ser humano, caía frecuentemente en la tentación del pecado. En medio de todo esto, en un momento de oración, pude experimentar la gracia de Dios y comprender Su mensaje.
Durante esa oración, sentí cómo Dios me mostraba que, a pesar de mis errores, no era tan diferente a las personas que me lastimaban. Fue entonces cuando experimenté la misericordia de Dios y la sanación de mi corazón. Ser misericordioso implica reconocer nuestros propios errores y las heridas que hemos causado. Debemos mostrar el amor que Dios nos brinda, sabiendo que somos imperfectos. Aunque algunas heridas puedan llevar tiempo en sanar, debemos llevarlas a la luz de Dios para sanar desde lo más profundo de nuestro ser. Solo así podremos crecer como personas y dar un nuevo propósito a nuestra vida.
En este lunes de la segunda semana de Cuaresma, pidamos a Dios discernimiento sobre a quiénes debemos mostrar misericordia. También pidamos la gracia de poder reflejar genuinamente esa misericordia y ver a los demás con los ojos de amor con los que Dios nos mira.
Señor, abre mis ojos, toca mi corazón, mejora mis sentidos- para así poder verte más claramente. Amen.