40 Días con Propósito
“40 días para establecer un propósito.”
Por Ismael D.
En el evangelio de hoy, Jesús instruye a sus discípulos sobre la necesidad de que el Hijo del Hombre sufra y muera. Invita a sus dicipulos a seguirlo, pero con la condición de entregarse plenamente a él. Durante esta temporada de Cuaresma, se nos brinda una nueva oportunidad para comenzar de nuevo y realizar cambios en nuestras vidas. A menudo, tomamos decisiones precipitadas sobre lo que debemos "dejar" durante la Cuaresma, sin realizar un discernimiento adecuado. Sin embargo, la invitación de Jesús va más allá de lo que debemos abandonar, sino también de lo que debemos comenzar a hacer.
La Cuaresma puede ser el punto de partida de un proceso que nos lleva a la resurrección de nuestras vidas. Jesús invita a sus discípulos a entregarse a él, dejando en claro que sufrirán por su causa, pero que la victoria se encuentra en el cielo. No debemos olvidar que para experimentar una resurrección, primero debemos pasar por una crucifixión. Cuando comenzamos a realizar cambios, al principio puede ser difícil y doloroso, ya que surgen muchos sentimientos, emociones y pensamientos. Sin embargo, al final, estos sentimientos tienen un gran valor. ¿Qué es lo que deseas comenzar a hacer en esta Cuaresma para acercarte más a Dios? Tenemos 40 días para establecer un propósito. Puedes pedirle a Dios la gracia de poder ver lo que debes empezar a hacer.
El discernimiento desempeña un papel importante en este proceso, y San Ignacio de Loyola nos brinda una herramienta invaluable. El discernimiento del espíritu nos permite identificar las raíces de nuestros pensamientos, emociones y acciones, lo que nos ayuda a conocer la voluntad de Dios. Como dijo San Ignacio, "una vez que una persona reconoce las motivaciones que la impulsan hacia una elección particular u otra, tomar una decisión se vuelve fácil: simplemente elige la opción que proviene de Dios" (Mark E. Thibodeaux, SJ).
Con la ayuda de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, podemos comenzar esta Cuaresma con un propósito claro. Aceptemos la invitación de Jesús y realizemos cambios en nuestras vidas para la Mayor Gloria de Dios.
