C'est la vie

como dice la canción Aunque Duela, "En el dolor está la bendición".


Por Ismael D.

Experimenté sentimientos de ira, rabia e impotencia hacia alguien, lo cual me llevó a buscar una solución rápida y fácil como la brujería. En mi interior, había un profundo dolor que me alejaba de Dios y me impedía verlo. Me sentía sumido en una profunda soledad y tristeza. En ese momento, la oración no formaba parte de mi vida, a pesar de que las personas a mi alrededor me decían "pídele a Dios, ora, confía en Él". Sin embargo, imaginaba a Dios como el acusado en un tribunal y a mi dolor como mi abogado defensor. Una amiga me dijo: "C'est la vie" (así es la vida).

Ella tenía toda la razón. La vida está llena de momentos tanto alegres como tristes, y todos compartimos estas experiencias de alguna manera. Pero como dice la canción Aunque Duela, "En el dolor está la bendición". En este punto, es importante hacer una distinción entre dejarse consumir por el dolor o aceptarlo y permitir que Dios nos enseñe algo a través de él. No es una tarea fácil discernir esto. Mi mejor amigo me dijo: "Gracias a las personas que rezan por mí, soy fuerte ante la tentación", y eso es exactamente lo que me ayudó: la oración de las personas que me rodeaban.

Este año está dedicado a la oración. La oración puede ser algo tanto fácil como complicado de hacer, especialmente cuando uno está pasando por momentos difíciles. En ese momento, yo no entendía que Dios estaba moldeándome para aprender a amar y permitirme ser amado profundamente por Él. Mis decisiones me llevaron a sentirme miserable y me cerré a la idea de que Dios me veía con amor. Sin embargo, a través de mi mejor amigo, Dios me mostró su amor y misericordia. Es crucial acercarse a las personas que están cerca de Dios en momentos difíciles. Solo así podremos sentir la mano de Dios acariciando nuestro rostro. Y, sobre todo, debemos permitir que esos momentos difíciles abran nuestro corazón para brindar la misma misericordia que Dios nos ha regalado.

Como dijo mi amiga, "C'est la vie". Jesús también experimentó hambre, abandono, engaño, traición, persecución, calumnias, tentaciones y tristeza. Pero también sintió el amor de su madre y el consuelo de su padre. En este año 2024, dedicado a la oración, debemos darle la oportunidad a Dios de actuar en nuestras vidas. Y si la vida nos presenta algo que nos aleje de Dios, no debemos olvidar que Él nos espera con amor para que podamos cambiar nuestra vida. No permitamos que nuestro pasado o nuestra situación sean un obstáculo para regresar a Dios.

Vive cada sentimiento, aprende de cada uno, no te rindas y sigue adelante, tu puedes. Y, sobre todo, recuerda que Dios te ama. "C'est la vie" (así es la vida).

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